08 Ene Antonio Santos García
Posted at 11:00h
in Farmacéuticos que dejan huella
El pasado 1 de Enero falleció nuestro Secretario y compañero, Antonio Santos García. Miembro de la Junta Directiva, y asociado desde 1999.
El funeral por su eterno descanso, tendrá lugar el próximo viernes 1 de Febrero a las 19:30, en el Convento de Santa Ana y San José, C/ General Aranaz, 58. Oficiará la Misa, D. Juan Carlos García de Vicente.
Nació en Villaseca de la Sagra (Toledo), en 1931. Sus padres (Antonio y Romualda) se trasladaron a vivir a Madrid donde el padre ejerció de farmacéutico.
Viviendo sus primeros años en Madrid, en plena Guerra Civil, nació su hermano Florentino.
Estudió la carrera de Farmacia donde conoció a Pilar, una compañera de estudios, y al cabo de 6 años se casaron.
Un año antes le habían autorizado la apertura de una oficina de Farmacia, donde trabajó hasta el 1990.
Mientras tanto, en el año 1969, ya con 3 hijos, toda la familia acudió a Burgos para participar en una convivencia llamada Mariápolis.
Allí todos quedaron impresionados por conocer a Dios amor.
Durante los 50 años que han pasado desde entonces, estuvo implicado como miembro interno del Movimiento de los Focolares como focolarino casado, formando parte de Familias Nuevas.
Compaginando su actividad en su oficina de Farmacia, creó y desarrolló un pequeño Laboratorio de plantas medicinales.
Totalmente pionero, nunca fue fácil el desarrollo de su gestión, y en muchos momentos fue la experiencia de Jesús abandonado la que él vivió. Con calidad de héroe y valentía ha sabido luchar hasta la última semana de su vida por este proyecto.
Como persona activa, sencilla y generosa, ha participado en muchos grupos: Humanidad nueva, Economia de comunión, Farmacéuticos católicos y Asociación de la Medalla Milagrosa.
Su descanso era el fútbol, los debates de política, algún churro para el desayuno y coger el coche, casi siempre para acompañar o recoger a alguien.
Estaba interesado en los artistas, y él mismo llevaba más de 20 años escribiendo un libro con su comprensión de la vida espiritual.
Después de un bonito día de Navidad en familia tuvo una subida de fiebre, y su medico le mandó al hospital. Allí paso 5 días nada más, y se ha ido al cielo.
Su última palabra -dicha al empezar el año- fue «Gracias».
Desde la AEFC, lamentamos profundamente la perdida de este gran compañero, que tan generosamente dedicó sus últimos años de vida al servicio de la asociación. Rogamos una oración por su alma. D.E.P.