Asociación Española de Farmacéuticos Católicos | Mª DOLORES JIMÉNEZ CABALLERO
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Mª DOLORES JIMÉNEZ CABALLERO

Mª DOLORES JIMÉNEZ CABALLERO

“Siento profundamente que Mª Dolores nos haya dejado, pero queda su legado, su dedicación, y su importante labor “.

(Palabras de la Presidenta del CGCOF en respuesta a la carta de invitación al VI Simposio de la AEFC)

Mª Dolores fue una farmacéutica de coraje. Tal como indica González de Cardedal, “el coraje no nace de la pasión ni del entusiasmo fácil, sino del convencimiento de cómo en ciertos momentos hay que pasar de las ideas a la acción, del retraimiento público a la participación responsable.  El coraje moral nos lleva a salir de la irresponsabilidad, la cobardía, el escepticismo y la insolidaridad “.  Pues bien, María Dolores aunaba entusiasmo con convencimiento, respeto con valentía, y generosidad con responsabilidad.

Mª Dolores Jiménez Caballero nació en Almazán (Soria) el 27 de junio de 1936, festividad de Nª Sª del Perpetuo Socorro, patrona de los médicos. Parece que este hecho, ya la llevó al mundo de la sanidad a través de la Farmacia. Licenciada en 1960, con un muy brillante expediente en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense.

Pionera en el desarrollo de la “Atención Farmacéutica” que practicó tanto en su Farmacia de Belálcazar (Córdoba) desde 1962, como en la de Madrid desde 1967.  Su capacidad de observación, escucha y respeto hacia el paciente, le granjearon el agradecimiento, la admiración y el cariño de los que pasaban por su Oficina de Farmacia.  Lo que se puso de manifiesto en su fallecimiento el 2 de marzo de 2014.

Comprometida con el Evangelio de la Vida, y conocedora de la existencia de la FIFC (Federación Internacional de Farmacéuticos Católicos) contribuyó a la creación e impulsó el desarrollo de la AEFC, junto a José Carlos Areses.

Tenía muy claro que «el hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, y que todo ser humano abierto a la verdad descubre en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida desde su inicio hasta su término natural”.  Este testimonio lo escribió como parte de un video que se programó para las actividades de la AEFC.

Profesionalmente su actualización científica y técnica era continua e intensa, participando en cursos, seminarios (más de 120), jornadas de Atención Farmacéutica, Seguimiento Farmacoterapéutico, Garantía y Mejora de la Calidad de la Farmacoterapia, así como su implicación en la formación de futuros farmacéuticos como tutora de prácticas tuteladas, y su constante colaboración con la Asociación Española de Bioética y Ética Médica.

Su compromiso con la cultura de la vida, impregnó todas sus actividades y cooperación con la AEFC. En este sentido, fue autora de unos folletos que publicó a todo color titulados » El ciclo menstrual y anticonceptivos», que entregaba personalmente a los jóvenes tras hacerles pasar a su despacho para informarles sobre ello y, si lo deseaban,ofrecerles formación.

En el año 1996, en carta a Navarro Vals, catedrático de derecho penal, le exponía la posibilidad de que apoyara a la AEFC en la defensa de la objeción de conciencia del farmacéutico, puesto que estos profesionales son conscientes de la desprotección del concebido, especialmente en los primeros días de gestación, susceptible de sufrir un aborto por productos farmacológicos.

Sería demasiado largo describir todas las actividades que desarrolló a través de la AEFC, pero pueden servir como ejemplo, que demuestran la magnitud de su trabajo en pos de la verdad, la vida y la dignidad de la profesión farmacéutica: Premio Acofar 1982 de investigación y ciencia por su trabajo “Reflexiones en torno a la píldora“; Comunicaciones en todos los Congresos “Católicos y Vida Pública” hasta que falleció en 2014 (“La verdad del amor MR Defensa de la familia y la vida en la Europa de hoy”   IX Congreso 2007; Frente mundial de médicos y farmacéuticos pro vida . «La medicina y la farmacia necesitan el evangelio de la vida“, X Congreso 2008; “La cultura de la vida“, XIV Congreso 2012; etc.).

Fue una persona muy valiente y emprendedora, como queda demostrado en el hecho de que dos años antes de su fallecimiento inició un programa de formación farmacológica sobre la acción de determinados medicamentos sobre la salud y la vida, en los colegios del entorno. También por esa época, contactó con la Caixa para que esta entidad incorporara farmacéuticos en su programa de Atención Integral a Enfermos Avanzados de la Obra Social La Caixa. Todo ello a pesar de haber sido víctima de un accidente quirúrgico; que le impidió hablar; para un diagnóstico que se demostró completamente innecesario.

El  convencimiento de que el profesional farmacéutico tiene una gran responsabilidad en la utilización adecuada de los medicamentos, siempre para la defensa de la salud y por tanto de la VIDA  la llevó a defender con tesón,  valentía y compromiso los objetivos y el desarrollo de la AEFC llevándolo hasta las últimas consecuencias, como lo demuestra la carta invitación al VI Simposio de la Asociación a la Presidencia del CGCOF y otras autoridades, escrita sólo unas horas antes de fallecer en la que decía:

“Si el trabajo del farmacéutico se basa en promover la salud y la vida, así como respetar la dignidad de toda persona, el futuro de la Farmacia está asegurado “.