Asociación Española de Farmacéuticos Católicos | CARMEN SANCHO
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CARMEN SANCHO

CARMEN SANCHO

A los tres meses de estudiar inglés comencé a trabajar en el laboratorio de un hospital.

Después de año y medio conseguí el visado para la India y volví a España para preparar el viaje. Por aquel entonces supe que todo lo que me esperaba en la India para montar un laboratorio, era una habitación vacía.

Ni el obispo ni nosotras las misioneras, teníamos dinero. ¿ Qué hacer ?. Fue una compañera farmacéutica en Valencia que me aconsejó que hablase con el presidente del colegio farmacéutico y sí lo hice. Escribí una circular y mandaron las copias a través del boletín oficial del colegio. La respuesta fue emocionante, comenzaron a llegar giros.

Me animé e hice lo mismo con otros colegios: Madrid, Barcelona, Cádiz … Fueron llegando giros y con ellos compramos ya los aparatos esenciales para el laboratorio.

El 22 de Agosto del año 1962 desde Marsella partía un barco para la India, con los cajones que llevaban ya lo esencial para el laboratorio. Llegó Navidad y volví a escribir a quienes habían respondido primero para contarles mis primeras experiencias.

No fue fácil montar el laboratorio: buscarlos reactivos, pesarlos, preparar soluciones, valorarlas, etc. Ahora lo dan todo hecho, entonces aprendí la verdad de la Química Analítica. Al principio empecé solo con hematología, bioquímica, parasitología. Más tarde bacteriología. Al mismo tiempo preparar personal pues no podía llegar a todo; era la farmacia hospitalaria y el laboratorio.

En la estación de las lluvias tuvimos problemas para conseguir goteros; el noreste de la India quedaba separado del resto de la India. En una visita a Delhi vi en un hospital católico como preparaban los sueros. Al volver a Shillong compramos el destilador de agua y comenzamos a preparar los sueros. Desde entonces todos los sueros utilizados en el hospital los preparábamos en el departamento de farmacia. Puedo decir que desarrollé la farmacia en todas sus ramas y fue entonces cuando entendí lo providencial que había sido la carrera de farmacia para la misión. Nos dio la posibilidad sobretodo, de dar servicio a los enfermos pobres.