Asociación Española de Farmacéuticos Católicos | La humanización en el arte de curar: la dimensión ética del farmacéutico
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La humanización en el arte de curar: la dimensión ética del farmacéutico

La humanización en el arte de curar: la dimensión ética del farmacéutico

Ref.: www.ilaphar.org

Crespo Garrido S. Profesora de Bioética. Facultad de Farmacia. Área de Humanidades Universidad Francisco de Vitoria (España)

RESUMEN

No hay ninguna actividad más reconocida como arte conjetural, desde los siglos más remotos, que la terapéutica ya que sobre ella reposa el bien más preciado de nuestra vida terrestre, la salud, como decía, en el arte de curar Hahnemann en el Organon. Hipócrates estableció también que la enfermedad es un “nosos”, o modo de enfermar de cada paciente.  El término: “therapion” viene del griego y quiere decir servidor. Pero, en la actualidad, dada la “invasión” de la tecnología, se transforma en un “servidor de la técnica” y aquello que estaba destinado a servirle se convierte en su amo y se supedita a los instrumentos, olvidando al enfermo que tiene delante, con su historia de vida. Si el hombre es cosa sagrada para el hombre, el hombre no le debe dañar y el farmacéutico debe prestar atención a los sufrimientos del paciente según sus necesidades, físicas, espirituales, psicológicas y sociales. El ser humano no puede reducirse a aquello que la técnica puede detectar, pues tiene algo de misterioso y único solo perceptible por otro ser humano. En cambio, si la técnica se subordina y se convierte en servidora, se humaniza, porque el fin de las profesiones sanitarias es la curación y la supresión, hasta donde es posible, del dolor, e implica la vocación, y el sentido de la profesión. De ahí la importancia de la autorregulación y los códigos de ética de la profesión farmacéutica.  SIGUE LEYENDO